lunes, 19 de octubre de 2009

Buenos Aires, 17 de octubre de 2009

En algún momento hubo que elegir el nombre. Resistencia y dignidad: dos palabras fuertes.

Resistir es aquello que hemos hecho y seguiremos haciendo. Sabemos de ataques y continuamos en alerta…

Dignidad es eso que, con esfuerzo, pudimos sostener pese a las circunstancias por todos conocidas. En nuestro intento de mantenernos dignos, pusimos a prueba nuestra propia esencia, nuestros valores.

Hoy es 17 de octubre. En este día, que la historia proclamó como símbolo de lealtad, paradójicamente nació el dirigente Juan José Zanola, pero... ¿leal a quién? ¿a su afán de poder?.

Probablemente, más preguntas continuarán embargando nuestro pensamiento: ¿Cómo interpretará los terribles sucesos que protagoniza? ¿A qué mecanismos recurrirá su intelecto para permitirse conciliar el sueño? ¿Sabrá cuántos errores políticos y humanos a cometido? ¿Los asumirá algún día?...

Igualmente no creo que estas preguntas lo inquieten demasiado. Supongo que, a pesar de todo, debe estar festejando su cumpleaños junto a su séquito funcional. ¿Cuántos permanecerán sentados, pese a todo, adornándolo en su copiosa mesa? Probablemente sean menos: la “amistad” en esos ámbitos suele ser así, oportuna. Susana, Matías y otros, ¿estarán presentes? Quizás, sus ‘inoportunos’ problemas de salud les impidan acudir a la celebración. O tal vez ya sea hora de achicar la mesa.

Definitivamente, ese festejo no es el nuestro. En nada nos involucra. Aun el dolor y cierto temor nos abarcan. Hasta que la justicia no se nos presente reveladora, como tanto anhelamos, las sombras de este personaje y sus adeptos, nos seguirán acechando y opacando.

Sin embargo, sentimos que corren otros tiempos, aunque aún nos cueste creerlo… Como el despertar de una pesadilla, continuamos desorientados por la inquietante sensación que sus imágenes nos han dejado.

En nuestra concreta realidad, la llegada del interventor nos condujo a despertar de aquella y esbozar un sueño con matices de esperanza. Este, en su imperioso proceder frente a nuestra expectante mirada, nos dejó las primeras muestras de cumplimiento.

Así, por primera vez, las autoridades se presentaron ante nosotros, reconociéndonos como base fundamental para reconstituir nuestro bien más preciado: la Institución que fuera despiadadamente desmantelada por aquellos que teóricamente debían defenderla.

Se llevaron más de lo pensado, pero no pensaron en nuestra dignidad que, milagrosamente y con esfuerzo, sigue presente en cada uno de nosotros.

Cambiaron los aires… nuestra forma de movernos… de contactarnos. Nos redescubrimos en lo profundo de nuestras miradas. Ciertas voces que ayer no pudieron, ahora se pueden manifestar.

En tal sentido, estamos eligiendo aquellos representantes que serán los elementos necesarios para proclamarnos como un todo.

No obstante, día a día pasan cosas que nos asombran –para bien y para mal-. Convivimos con la Biblia y el calefón. Frente a este montón de trabajadores dignos y con ganas de reconstruirse sobre las ruinas, se entremezclan, inescrupulosamente, secuaces del pasado contra el cuál luchamos, como recordándonos que siguen vivos y asimismo expectantes, acechándonos. Este es el temor que intentan infundir, tratando de mimetizarse con nosotros.

- Desconocido señor de la entrada, sepa usted: sus panfletos que cobardemente entrega, no son más que meros pasquines de tan burda credibilidad, que no comprendo como sus manos pueden sostenerlos sin ensuciarse.-

Continúan despiadadamente poniendo trabas, a este nuevo proyecto que avalamos. A su mejor estilo: maniobras perversas, corruptas, ilegales…

Repentinamente aquellos prestadores que brindaban facilidades a las autoridades corruptas, -probablemente recibiendo algún beneficio a cambio- hoy se ponen duros y estrictos frente al cambio. Cual aroma a tierra húmeda que precede una tormenta, se huele el boicot… Pero siento que somos muchos los que estamos juntos para tratar de evitarlo.

El famoso personaje que hoy festeja es gremialista y, casualmente, recién ahora parece recordarlo al defender la fuente laboral de esos inescrupulosos secuaces que la intervención –por necesidad depurativa- tuvo que dejar de lado para cumplir con este intento de sanear nuestra Institución.

Me emociona este tragicómico arrebato por cumplir su función en defensa del trabajador.

Esto recién comienza. Nuestra estructura, afortunadamente, no se asemeja en lo más mínimo a la de ellos, por el poder que manejan y que, enhorabuena sentimos, fueron perdiendo.

No tuvimos, tenemos ni tendremos cuatro millones de pesos para comprar nuestra libertad, ni cuantiosos bienes para embargar. Nuestra libertad no tiene precio: está basada en la honestidad construida con las manos limpias y en no sentirnos culpables de ningún acto, ni asesinato, infames.

Apoyando esta ilusión concreta de cambio, queremos seguir resistiendo a los avatares políticos que nos trascienden y, por sobre todas las cosas, seguir luchando por nuestra dignidad que, en nuestro caso, es más que genuina.

Perseveremos en la resistencia. Ese es el único camino posible.



(Carta recibida de un Compañero de POBA)

No hay comentarios: